viernes, 25 de julio de 2008

Amanecerá y veremos...

Algunas semanas atrás, elucubraba acerca de los dos enfoques del análisis de los mercados financieros.

¿Que prima? ¿Lo fundamental? o lo técnico… léase ¿qué fue primero? ¿el huevo?... o la gallina.

Una de las premisas del análisis técnico es “…el precio lo descuenta todo...”, queriendo decir con esto que cualquier aspecto fundamental (coyuntura, noticias, decisiones de los bancos centrales, etc.) se refleja en el precio, el cual se comporta dentro de unos parámetros técnicos. Por lo anterior, un analista técnico no debería depender de dichos aspectos fundamentales para hacer proyecciones de un mercado.

En esos días, había empezado a hacer, por primera vez, un análisis técnico del par dólar/peso colombiano. Obviamente y a diferencia de otros pares, en este me vi obligatoriamente influenciado por el contexto.

Mi análisis técnico decía que el par debería corregir su tendencia a la baja, pero eso no era coherente con el comportamiento del precio ni con las señales fundamentales que indicaban que el dólar seguiría cayendo.

Mirando en retrospectiva, con lo único que mi análisis tenia coherencia era con la apremiante necesidad de que el dólar subiera, expresada principalmente por los exportadores y por las familias que reciben remesas en dólares que, valga la oportunidad decirlo, no son pocas.

En el lapso de dos semanas empezaron a darse sutiles señales de cambio y finalmente se hicieron los anuncios que sirvieron de detonantes para la brusca corrección que se ha experimentado.

Hoy, el Banco de la República ha subido las tasas de interés de referencia de 9.75 al 10%, como medida de control a otro factor importante: la inflación. Básicamente lo que busca el banco es encarecer el dinero para que haya menos efectivo circulando. Eso evita que haya compras excesivas o superfluas, lo cual a su vez aumenta la oferta, bajando los precios de la canasta familiar y por consiguiente la inflación.

La paradoja es que el alza en las tasas de interés, que busca solucionar el problema de inflación, genera problemas con la tasa de cambio.

Pero, ¿por qué las tasas de interés afectan la tasa de cambio?

La diferencia entre las tasas de interés de dos países, hace que los inversionistas inviertan su dinero en el país que mas interés les paga por el mismo.

En estados unidos, la tasa de interés de referencia es del 2% mientras que en Colombia hoy quedo en 10% (8 puntos de diferencia). De la manera más simple, para un inversionista siempre será más rentable traer sus dólares a Colombia, donde le pagan 8% más que en los Estados Unidos.

Quiere decir entonces, que la medida tomada hoy contribuirá a aumentar la cantidad de dólares en el mercado colombiano, haciendo que estos se “abaraten” (mucha oferta), lo cual debería traducirse en una nueva tendencia a la baja de la tasa de cambio.

Hace unas semanas, el gobierno ha venido tomando una serie de medidas que, por su parte, deberían contrarrestar la caída del dólar.

Pero, ¿por qué digo “debería”?

Los mercados financieros, y en general todos los mercados, son gobernados principalmente por dos sentimientos: miedo y confianza. Vendo cuando tengo miedo y compro cuando estoy confiado.

Volviendo a la pregunta del principio, resulta más que interesante ver como se entrelazan unas cosas con otras para finalmente encontrar coherencia en el precio.

A lo que me refiero es a que las señales técnicas evidencian que “algo” está a punto de suceder, como resultado del miedo o la euforia que el precio actual despierta en los inversionistas.

Finalmente, los inversionistas y los grandes “movedores de mercados” actúan (compran o venden) y todo encuentra coherencia.

Transar en cualquier mercado, no es más que evidenciar e interpretar señales y actuar en función de ellas, teniendo en cuenta cuando debo o no entrar al mercado y, si entro, cuando y en qué condiciones salir de él.

El precio del par Dólar/peso está desarrollando un patrón de corrección que no está terminado aún. El punto es que técnicamente dicho patrón debe completarse, lo cual implica que el precio debe llegar por lo menos al máximo reciente, es decir, 1.950 pesos por dólar.

Habrá que ver si las medidas tomadas por el gobierno son suficientes para contrarrestar el flujo de dólares y las tomadas por el Banco de la República para controlar la inflación.

Amanecerá y veremos.

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